Hubo una esquina donde me senté
para fumar un cigarrillo libre,
en mi regazo un libro de González Tuñón,
todavía inexperto en la felicidad.
Una esquina por donde vi pasar
a las bellas mujeres como naves
que iban destinadas a otro puerto.
Esquina donde vi juntarse obreros
de saco azul y de mirada grave,
antes de desplegarse en la batalla.
Hubo una esquina donde me senté,
al lado de mis viejos compañeros,
aquellos que me enseñaron un día
los versos más sencillos y sinceros.
domingo, 6 de abril de 2008
A mis amigos RTSC
Etiquetas:
Esquina de Montevideo
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1 comentario:
Hola, Cristina, qué sorpresa y qué alegría que te has animado a "bloguerizarte" ja ja ja.
Os leeré a Ronald y a ti. Muchos besos.
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